La toma de decisiones
Tomar decisiones sabiamente es crucial para el normal crecimiento y maduración del carácter de la persona. En la vía de desenvolvimiento espiritual ocurre algo comparable. Pues, llega un momento en el que, el que busca encontrar un mayor sentido a su vida, debe saber tomar la decisión de dedicarse plenamente al estudio y desenvolvimiento, principalmente, en una única vía o camino espiritual.
Si no existe dedicación, no existe progreso
En la experiencia cotidiana ya sabemos que si no dedicamos atención, esfuerzo, tiempo, a un área de nuestro interés, nunca lograremos dominio o capacitación en esa área que hemos elegido. En nuestra búsqueda espiritual ocurre lo mismo. Sin embargo, esto no quiere decir no observar, estudiar y experimentar en vías paralelas o complementarias, pero, es necesario saber tener un eje central verdadero o sistema de enseñanza que sostenga todo nuestro proceso de desenvolvimiento.
La etapa del “probacionista”
Si un día, nos encontramos en el sufismo, a la semana siguiente hacemos Yoga y tres meses después estamos con los rosacruces para, en el siguiente año adentrarnos en la masonería, ocurrirá que nunca iremos más allá de un conocimiento superficial de cada método y, en consecuencia, no progresaremos en ninguno de ellos. A esta fase del que busca sin comprometerse realmente en nada se la denomina la etapa del “probacionista”.
Como su nombre indica, el “probacionista” en la senda espiritual es el que prueba, y prueba, y nunca llega a nada. Es una fase necesaria que se encuentra entre el individuo maduro, que busca más luz en su vida, y la de alguien que ya ha tomado una decisión.
El “probacionista” adquiere muchos frutos
Esta fase aporta muchos beneficios; principalmente, el de la discriminación. Pues al pasar por variadas experiencias en la que el buscador muchas veces es engañado, va adquiriendo una fina capacidad de saber separar lo verdadero de lo falso. Si lo hace bien, después de haber perdido su tiempo, su dinero, a veces su salud y muchos otros aspectos, aprende a tener “un buen olfato” para distinguir al faso gurú o la errónea escuela de los verdaderos caminos de instrucción espiritual. Esta fase puede durar muchas vidas.
La sabia elección
Llegado a este punto, si verdaderamente se quiere progresar, es necesario saber escoger una senda de desenvolvimiento espiritual, es decir, una escuela o un instructor, que sean verdaderos, y saberse mantener en ella el suficiente tiempo como para poder recoger los resultados de una real transformación espiritual.
La Kabbalah o Qabalah es una buena elección
En nuestro caso, como occidentales, de costumbres y cuerpos crecidos en estas tierras, son muy adecuadas para nuestro progreso las sendas de la Tradición Occidental de Misterios, si son ciertas. Únicamente, debemos saber elegir la que nos sea más afín. De entre todas ellas, la Kabbalah o Qabalah destaca por su proximidad a nuestra manera natural de ser y nuestra experiencia cotidiana, debido a que es la fuente de toda nuestra cultura judeo cristiana. Por esa razón, lo que recomiendo, después de una atenta observación, en el ejercicio de esa fina discriminación que citaba anteriormente, es que sepamos elegir y dedicar el suficiente tiempo a una escuela de Kabbalah – Qabalah como camino seguro de nuestro desenvolvimiento espiritual. Y persistamos en ella el suficiente tiempo para recolectar los seguros frutos que esa escuela nos proporcionará.
septiembre 2nd, 2011 on 11:48
El mensaje de los grandes maestros del Yoga es claro y directo al corazón. Compartir ratos de cantos y meditación con esta tradición hindú es hermoso e inspirador, pues cada palabra pronunciada en el marco de una verdadera escuela yóguica remueve la consciencia de una forma rotunda. La instrucción es, a parte de científica, clara, precisa y sencilla. Y eso hace que el mensaje sea comprendido no con mayores dificultades. Hablando de ello con estudiantes espirituales de esta vía, me doy cuenta que ven en la tradición occidental, una instrucción densa, espesa y complicada. A decir la verdad, y recordando algunas de las ponencias de Instructores de Kabbalah internacionales, puede parecer una línea de desarrollo muy mental y poco dada a la experiencia. Y esa, por lo que he podido comprovar, es una de las percepciones que nuestra vía transmite. Sin embargo, quisiera contribuir a romper este prejuicio. Pues es cierto que en la Kabbalah, la dimensión mental juega un papel importante. Pero no más que los demás niveles del ser. Meditamos, trabajamos con sonido y color, hacemos servicio y trabajo grupal. La nuestra es una línea claramente de la experiencia. Y sus palabras, también directas al corazón. Es justo añadir que las clases son amenas y que en la instrucción, se hace fácil lo difícil. Pues la Enseñanza se comprende bien y ayuda, de una forma espectacular, a ordenar las ideas. Lo único que se requiere es el esfuerzo del estudiante. Lo demás, está todo servido.
septiembre 4th, 2011 on 2:40
El post destaca claramente la importancia de centrarse en un único sendero espiritual, profundizarlo, y recorrerlo responsablemente hasta conseguir desenvolver espiritualidad. Conviene que este sea nuestro soporte. Sin embargo, aclara un cuestión muy importante que es esencial destacar: “esto no quiere decir no observar, estudiar y experimentar en vías paralelas o complementarias”. Este punto hay que tenerlo en cuenta siempre. A veces, el estudiante espiritual cae en el error de creer que su camino es el único y que los demás senderos son erróneos o que no sirven para desenvolver espiritualidad. Tuve la ocasión de conocer a una persona dentro del budismo (una de las más grandes vias de desarrollo espiritual, ampliamente reconocida por todas las tradiciones verdaderas) que, tomando muy en serio su camino y profundizando en las enseñanzas de Buda, se fanatizó de tal manera que llegó a la conclusión de que cualquier otro sendero que no fuese el suyo propio era inferior, mediocre o falso. Bajo esta premisa, le era imposible escuchar y aceptar otra cosa que no fuese lo proveniente de su tradición. No debemos caer en esas trampas, y el post es claro en este sentido: es importante comprometerse seriamente con un único camino verdadero, pero ello no implica que tengamos que dejar de apreciar la belleza de otros senderos que nos llevan a la misma cima. Discriminando siempre, por supuesto, que esos senderos sean verdaderos. Shalom nos ofrece en el comentario anterior un breve ejemplo de lo que venimos diciendo al tomar como respetuosa referencia para hablar de Kabbalah otra tradición tan maravillosa como lo es el Yoga.
septiembre 10th, 2011 on 12:37
La Kabbalah es el camino de progreso espiritual que nos lleva por unos derroteros desconocidos que transforman nuestra vida.Si deseamos tener una vida más plena,y mayor alegría, nada mejor que estudiar Kabbalah. Pero, ¿dónde estudiar Kabbalah?. Si es presencial,en la Escuelas de Misterios de Barcelona.Si es online, a través de la web de la Escuela. Es mi experiencia personal, de la cual estoy muy contenta.