A continuación, reproduzco la carta de una alumna acerca de su visión sobre la Alta Escuela de Kabbalah de Barcelona, Kaph Resh Yeshivá, desde fuera. Ella lleva con nosotros desde siempre, pero desde hace unos años vive permanentemente en el continente americano, por lo que su escrito tiene el valor de quien está lo suficientemente cerca en el corazón y alejada en la distancia y el tiempo como para poder analizar el conjunto con la visión fresca del que acaba de llegar.

K.R. Yeshivá – La escuela de Kabbalah, la escuela de la alegría

Es un lugar donde existe el brillo y la sonrisa del corazón. Donde el regocijo de encontrarse se palpa en cada encuentro. Donde las personas son hermanables y abiertas a compartir. Donde los mayores cuidan de los más pequeños.

Es un ejemplo de cómo debiera ser un grupo humano, trabajando hacia un mismo objetivo. Cada uno aportando lo que mejor sabe hacer.

Hasta ahora han compartido un lugar físico – la sede de la escuela – muy pequeño, para la cantidad de estudiantes que hay. Sin embargo se mueven por él de manera fluida. En cualquier grupo humano, la falta de espacio vital genera tensión, en la escuela esto no se percibe, transitan como si fuera un gran espacio, esto refleja la unidad que existe. Es un solo cuerpo bien cohesionado, se mueven al unísono. Con el ritmo del corazón. Con el impulso de ser mejores seres humanos, de saber que están todos en el mismo viaje. Con la confianza que sienten por su buen guía, el instructor, quién con sabiduría ilumina el camino para todos, de forma muy generosa, y por su esposa, quién representa la segunda columna que sostiene el templo, quién amorosamente los cuida y protege, como una gran madre.

Todos ellos, y todos los que trabajan en la escuela, los que con imaginación y creatividad, hacen que los libros, los videos y la revista salgan a la luz de la forma más bella. Todos, forman una gran familia. La familia que se crea con los lazos de hermandad, de los que deciden conocerse a si mismos, nadar a contracorriente, emprender el viaje hacia las altas montañas, sabiendo que no será fácil, que muchas veces pensarán que a lo mejor se han vuelto locos, que no serán comprendidos por su entorno, que se derrumbarán muchas construcciones hechas de ilusiones y desconocimiento, y que será doloroso. A pesar de todo han decidido emprender el viaje, cueste lo que cueste.

Los principios de verdad, belleza, fuerza, compasión, servicio, están visibles, encarnados en todo el grupo que conforma la escuela, son principios vivos. Se puede sentir en cada uno de ellos como las esferas del Árbol de la Vida, vibran. Como las imágenes del Sagrado Tarot están allí presentes, con ellos entre ellos. A través de su dedicación, esfuerzo constante, y la escucha atenta, han sido capaces de crear entre todos un recipiente donde la gracia se está recogiendo y también se está dando. El servicio Libro Blanco es un ejemplo de estar dando, lo que se recibe en la escuela.

Ahora iniciarán una nueva etapa, tendrán una nueva sede física, mucho mas grande, se inicia una nueva fase del viaje, otra montaña que ascender. Nuevos caminos que compartir. A través del amor de los miles de Shaloms  brotando de sus pensamientos, palabras y obras. Seguirá la luz brillando, con más fuerza aun, con más brillo, con más verdad, con más belleza, con más compasión, con más servicio. Siendo hermanos y hermanas como son, merecedores de recibir todo el amor que siempre fue y será, tendrán el poder de ser un gran centro de expresión, para la primaria voluntad hacia el bien, que eternamente crea y sostiene el universo. Seguirán siendo, la escuela de la alegría a través de todos los tiempos. Que así sea!
Shalom

L.S.J