“Un buen calado” por José Luis Caritg.
Un defecto de esta época es la superficialidad y la excesiva rapidez en aceptar falsos pensamientos y todo tipo de racionalizaciones que, favorecidos por la popular tecnología de masas, aparecen en toda clase de medios.
Últimamente, y relacionado con el movimiento democrático, expresado por una mayoría del pueblo catalán, de petición de libertad de votación para decidir sobre la independencia de Cataluña como nación, he visto un buen número de afirmaciones de pretendidos buscadores de moralidad que sentencian que “su única patria es el mundo y que son catalanes, españoles, europeos y mundiales” todo a la vez, sin fronteras, y formando una “unidad”. Sólo les falta decir como la Canción del Pirata: “mi única patria, el mar”.
Esta postura, muy propia de los movimientos mal llamados “de la nueva era”, es más el resultado de una auto complacencia en posiciones de inactividad y de una lisonjería de lo mediocre que una respuesta dada a un análisis cierto y meticuloso de la realidad del desarrollo de nuestra actual consciencia social e individual.
El progreso humano se ejerce siempre gracias a la valiente postura de unos hombres y mujeres de mentes claras que lo arriesgan todo por el logro de las libertades que hacen a un individuo y a su nación un digno ejemplo de Humanidad.
Son las naciones más socialmente desenvueltas y avanzadas en libertades y en el ejercicio de la igualdad y de la fraternidad los crisoles donde las nuevas generaciones pueden llevar a cabo el mejor desarrollo evolutivo de los talentos de toda una civilización. Pero, nunca hay que olvidar que estas naciones han tenido que ser logradas, “ganadas a pulso”, que se ha tenido que “luchar por su independencia” y que, muchas veces, se ha debido sacrificar muchas vidas para llegar a ser adultos, maduros, independientes y “libres de tiranías y de colonizaciones diversas”.
Alice A. Bailey, respetable autora de más de 20 obras de lúcido pensamiento, cita, que si la mayoría de los grandes hombres y mujeres buscadores de altos ideales de convivencia se hubieran levantado y opuesto a lo que se avecinaba, la Segunda Guerra Mundial se hubiera evitado. Pero… sólo decían frases tan superficiales como la de que “su patria era el mundo entero”.
La eficiencia es un rasgo de madurez del individuo. La eficiencia significa justa acción y logro. No basta con hacer declaraciones que se las lleva el viento, tal como se llevan los huracanes a los que no han sabido estar en un apropiado lugar. Se necesita la justa acción y el logro. En los tiempos de crisis, las posiciones se asientan por sí mismas y a los banales detentadores de generalidades se lo lleva la fuerza de las inclemencias de los tiempos.
“Un buen calado” es una frase del mundo de la mar que nos habla de profundidad, de la forma y volumen en equilibrio que permite una buena navegación, de la distancia al fondo de las aguas que previene una eficaz travesía.
Inevitablemente, está llegando un instante histórico excepcional en la vida de Cataluña donde cada uno queda en su lugar, y los que no tienen lugar, en los lugares de otros. Éste es el momento de ejercer la fina discriminación, de expresar los altos alcances intelectuales y éticos que se han vislumbrado y sobre todo de ejercer como verdaderos exponentes, de buen calado, los altos principios de Libertad, que siempre han dignificado al Hombre y a toda la Humanidad.
En Cataluña, ahora es el momento de expresar “el calado” que cada uno tiene, mejor dicho “es”.
Es el momento de saber demandar y ejercer el derecho de libertad que todo pueblo debe poder ejercer. Es el momento de poder y saber decir claramente, responsable, consecuentemente: o No.
Afortunadamente, hoy día, en principio, para ejercer este derecho sólo se necesita “un buen calado” y urnas.