Tal y como lo afirman claramente los textos hindúes: “Cada vez que hay un relajamiento en la observancia de las leyes y un recrudecimiento de la impunidad por doquier, Me manifiesto…”
La doctrina de los mensajeros divinos o Avatares es universal, demuestra que siempre, en la larga historia de la humanidad, Dios permanece cerca de su pueblo y en cada período crítico el Eterno envía un Hijo divino en el mundo del esfuerzo humano.
La venida de este mensajero ha sido una realidad presente, porque el Avatar ha estado entre nosotros. Su nombre es Bhagavan Sri Sathya Sai Baba y su
mensaje es universal. Este nos revela que solo hay un Dios, que es omnipresente, que solo hay una religión, la del amor, que solo hay una casta, la de la humanidad, y que solo hay un lenguaje, el del corazón.
Sai Baba, que recientemente ha dejado su cuerpo físico, nació en Puttaparthi, en el sur de la India. Realizó milagros extraordinarios desde su mástierna edad y materializó, curó y efectuó resurrecciones. Miles de hombres y de mujeres han sido testigos cotidianos de su omnisciencia, omnipresencia, y omnialegría. Gracias a su influencia benéfica han surgido por toda la India hospitales, colegios y universidades. Su fuerza solo es igualada por su simplicidad y el amor que ofrece transforma las almas más rebeldes.
Cuarenta millones de indios son sus devotos, así como más de diez millones de personas en el resto del mundo. Su divina presencia representa la esperanza de la humanidad de ver despertar de nuevo los valores esenciales de la más pura espiritualidad.
Hoy que su presencia física ya no está más entre nosotros, su mensaje, su instrucción espiritual y su obra siguen más vivos que nunca. Este libro, recomendado a todos los estudiantes espirituales de cualquier tradición, escrito por el prestigioso buscador de la verdad Michel Coquet, es un pequeño homenaje a Sai Baba y una aportación que nuestra editorial Escuelas de Misterios ha querido ofrecer a toda persona sedienta de Luz.
José Luis Caritg
Director de Escuelas de Misterios Ediciones
junio 12th, 2011 on 2:25
Es interesante notar que la palabra “avatar” se usa en el ámbito de internet y de las redes sociales para significar una representación (normalmente una foto, un gráfico o un dibujo)que se vincula a un usuario determinado y que le sirve como identificación. Por supuesto, hay un abismo de distancia entre el concepto de Avatar como Encarnación Divina y el de avatar como icono identitario en un un entorno virtual, pero me parece que ambos comparten el hecho de que detrás de la imagen aparente hay una Consciencia que se expresa.El cine ya explotó esta idea con Matrix, Avatar, etc, etc, pero quizá se podría desarrollar la idea en otro sentido. Nuestras personalidades humanas también podrían considerarse “avatares” en el sentido de la apariencia y de la imagen. Ya sabemos que la personalidad es similar a una máscara, que varía según las circunstancias y las personas que tiene delante, y que cambia con el tiempo. Michel Coquet explica que existen Avatares Mayores (como el Cristo, Sai Baba o el Buda, reflejos de alguna Cualidad Cósmica) y Avatares menores, que suelen ser personas avanzadas del mundo de la ciencia, la politica, la filosofía… y que destacan por aportar algo nuevo al progreso humano. En ambos casos, el hecho esencial es el mismo. Una Consciencia superior que se expresa a traves de una personalidad. Nosotros podemos ser “micro-avatares” de la vida cotidiana, avatares mas pequeños que los avatares menores, pero avatares al fin, capaces de expresar y reflejar una cualidad superior o de aportar algo nuevo al progreso en nuestra sociedad más próxima: los amigos, la familia o los lugares de trabajo.
junio 14th, 2011 on 14:28
El libro de La Doctrina de los Avatares es una de mis próximas adquisiciones bibliográficas. No lo he leído, pero puedo constatar que toda obra publicada por Michel Coquet no deja indiferente al lector. Suelen ser libros fáciles de leer, amenos y hasta impactantes. Las verdades que desvela a veces nos parecen si no imposibles, por lo menos muy sorprendentes.
Igualmente reafirmo el principio de Saint-Germain, según el cual es importante que nos convirtamos en portadores de gotas de luz para el progreso humano. Si a eso se le llama “micro-avatares”, bienvenidos sean los “micro-avatares”. ¿Qué quiere Dios que hagamos para Él? Y sin más, lo hagamos.
junio 20th, 2011 on 12:10
Shalom!
Estoy Leyendo el libro y una vez más comprueo que Michel Coquet posee un Conocimiento profundo y real sobre aquello que escribe. Es una obra escrita en Verdad que me está «tocando».
Cada libro tiene su momento.