En el Israel antiguo vivieron los profetas, de los cuales todos hemos oído hablar. Esos grandes hombres desempeñaban una función muy valiosa en la historia de su pueblo. Teniendo en cuenta que en esos tiempos existía una ley que establecía que, en el caso de que el profeta se equivocara en su predicción, sería ajusticiado, los que se atrevían a profetizar estaban muy seguros de lo que decían.
Si en la actualidad nos rigiera un código así, desde luego un poco menos severo, seguro que desaparecerían muchos de estos falsos profetas que tanto engañan y desorientan en una gran diversidad de áreas o temas. (continue reading…)